domingo, 20 de noviembre de 2011

(1 año, 12 meses, 365 días)

Todo empezó hace unos dos años…¿te acuerdas? Yo me acuerdo como si fuera ayer, le dijiste al que entonces era mi mejor amigo: esa, esa es, es mi chica. Te prometiste a ti mismo que ibas a estar conmigo…y aquí me tienes, dos años después, colada por tus huesos como si de respirar se tratara.
Y si, hoy, ya un añin a tu lado, que se dice pronto…pero son tantos momentos, cada uno con sus más y sus menos, aunque al fin y al cabo eso es lo que los hace especiales…anda mira, especiales…¿te suena? Especiales, diferentes, únicos…
Esas palabras que un día salieron de tu boca, las cuales nos definen más que a la perfección, hacen que sienta que no me hace falta nada más si estoy contigo. Sé muy bien que estás cansado de decirme que no me haga tanto de rogar, que tome iniciativa…vamos, que no sea pota, pero en realidad no quieres que eso cambie, tú y yo lo sabemos.
Eres idiota, y estoy cansada de decírtelo, pero un idiota tan genial que soy incapaz de enfadarme contigo. 
El que siempre me despeina, el que se rie de mis zapatos, el que me llama calamardo pero también enana, que sabes que me encanta (aunque he de reconocer que calamardo también me está empezando a gustar). Y si, ese que siempre me saca una de mis mejores sonrisas, con sus ojazos azules y su forma de mirarme.
Y quién sabe si el año que viene aún estaremos juntos…es imposible saberlo, por tanto te voy a hacer caso por una vez y voy a dejar de pensar en lo que fuimos o seremos. Voy a limitarme a vivir mi presente. Mi presente contigo.
Carpe diem, carpe noctem.

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